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¿Qué papel juegan las ciudades en el cambio climático?

29/11/2019

Publicado en

Diario de Navarra, Diario Vasco, Diario Montañés, El Norte de Castilla, Las Provincias, Hoy Extremadura, Ideal de Granada, Ideal de Almería, Sur e Ideal de Jaén

Jesús Miguel Santamaría Ulecia |

Catedrático de Química Analítica

Actualmente, un 55% de la población mundial vive en áreas urbanas, porcentaje que se espera aumente hasta el 68% para 2050. El abandono de las zonas rurales en beneficio de las ciudades, combinado con el crecimiento de la población mundial, puede sumar 2.500 millones de personas a las áreas urbanas en apenas 30 años.

Aunque el cambio climático es un fenómeno global, su impacto resulta evidente en las zonas urbanas, especialmente en aquellos países con bajos recursos, que albergan tres cuartas partes de la población urbana mundial. Como consecuencia del aumento de la temperatura global (1oC con respecto a los niveles preindustriales), muchas ciudades ya están padeciendo las consecuencias: fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, sequías, incendios y tormentas), pérdida de superficie por el aumento del nivel del mar, propagación de enfermedades tropicales, empeoramiento de la calidad del aire, etc., problemas que se agravarán en un futuro de acuerdo con las proyecciones de los modelos de cambio climático.

Precisamente, debido a la concentración de la población, las ciudades juegan un papel crucial en el cambio climático, siendo responsables del 70% de las emisiones globales de CO2 (unas 25 gigatoneladas). Son, por tanto, la principal amenaza para el clima, pero también pueden ser una parte importante de la solución del problema.

La ciudadanía se encuentra expectante ante las conclusiones que se deriven de la próxima Cumbre del Clima (COP25), donde se espera que los países participantes alcancen un acuerdo político para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener así el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2oC. Sin embargo, más allá de los resultados de la Cumbre, en la que desgraciadamente habrá países que no ratifiquen la reducción de las emisiones por intereses económicos, los ciudadanos tenemos el compromiso de actuar a sabiendas de que nuestrasacciones pueden influir de manera decisiva en el devenir de nuestro planeta. La conocida frase “piensa globalmente, actúa localmente”, cobra más fuerza que nunca en un problema ambiental como el cambio climático.

El reto es trascendental, ya que existen importantes barreras que es necesario superar para concienciar a la sociedad; para ello, la educación ambiental y la comunicación de mensajes claros, contundentes y basados en la ciencia, resultan claves para propiciar un cambio de conducta. Entre las acciones que los ciudadanos podemos llevar a cabo para mitigar el cambio climático se encuentran el ahorro energético, la utilización de medios de transporte sostenible, la puesta en práctica las tres r de la sostenibilidad (reducir, reutilizar y reciclar), el consumo de alimentos de proximidad(dieta baja en carbono), etc.

Estas prácticas pueden hacer que cada ciudadano deje de emitir al año varias toneladas de CO2, lo cual evidencia la importancia de actuar de forma global en las ciudades para contribuir a la descarbonización del planeta. Por ejemplo, si tenemos en cuenta que un 54% de la población mundial se concentra en las ciudades, lasimple reducción en la emisión de 1 tonelada de CO2por parte de cada ciudadano supondría una disminución global de las emisiones de 4,2 gigatoneladas.

Pero el ciudadano no puede acometer esta empresa en solitario; los ayuntamientos deben liderar las acciones de mitigación y adaptación urbanas al cambio climático, promoviendo políticas sosteniblese invirtiendo en ideas innovadoras encaminadas a la reducción de la huella de carbono. Un ejemplo exitoso de la importancia de las políticas municipales en la lucha contra el cambio climático es la coalición C40 de urbes comprometidas con el clima, que reúne a un total de 90 ciudades. Dichas ciudades, pese a albergar a 650 millones de ciudadanos, solo contribuyen al 7% de las emisiones urbanas de carbono del mundo, lo cual demuestra que es posible combatir el cambio climático a escala local desde las ciudades.

Resulta evidente que la lucha contra el cambio climático es cosa de todos y que no podemos confiar el futuro de nuestro planeta a las decisiones que se adopten a nivel político (COP25), porque desgraciadamente serán insuficientes para mitigar sus efectos. En este contexto, las ciudades deben desempeñar un papel clave, pero ello requiere un cambio del modelo urbano, que tiene que ir inevitablemente acompañado de un cambio en la conducta y estilo de vida de los ciudadanos. ¿Estamos dispuestos a hacerlo? De ello depende nuestro futuro y el de las generaciones venideras.