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El Día del Medio Ambiente o cómo educar en valores

05/06/2019

Publicado en

Diario de Navarra

Juana Fernández Rodríguez |

Ambientóloga y profesora del Grado en Ciencias Ambientales de la Universidad de Navarra

El hombre ha conseguido modificar el Planeta en beneficio propio. En ocasiones, a un ritmo acelerado creando graves problemas medioambientales. Son los grandes desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual: cambio climático, escasez y baja calidad del agua para el consumo, lluvia ácida y un largo etcétera. Pero tiene una cualidad que lo puede hacer único: "Lo que más embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio..." (El Principito, 1943). A ese pozo del desierto se le puede llamar conciencia y podemos convertirnos, en este sentido, en educadores.

Desde pequeña he escuchado en casa que cuando se cría a un niño, los padres o tutores deben fomentar unos valores para formar a personas que sepan vivir en sociedad. En el sentido más medioambiental, respetar el entorno es un primer paso para esa convivencia. La calidad ambiental nos afecta a todos y cuanto mejor sea, nuestra calidad de vida y la de las futuras generaciones será mejor.

Hoy, 5 de junio se celebra el día Mundial del Medio Ambiente, una magnífica oportunidad para inculcar valores medioambientales a los niños, pero también a los adultos .El sábado 8 de junio el Museo de Ciencias Universidad de Navarra realizará diferentes actividades en el Planetario de Pamplona con el fin de que todos los públicos puedan conocer-de una manera amena, didáctica y divulgativa- la importancia de respetar el medio natural. Entre las actividades más destacadas para ese día se encuentran: exposición de piezas del Museo de Ciencias; talleres de elaboración de juguetes con materiales reutilizados; pinta y colorea animales;observación de ejemplares con lupa; y un huerto en tus manos; entre otros.

Las generaciones venideras son las receptoras de una herencia única: el Planeta. Nos tenemos que comprometer a dejarlo en las mejores condiciones de uso. Pero debemos dar un paso al frente: dotar a los futuros habitantes de las herramientas básicas para su protección con el fin de que puedan disfrutarlo en las mejores condiciones.

"¿Y de qué te sirve poseer las estrellas? -Me sirve para ser rico -¿Y de qué te sirve ser rico?- Me sirve para comprar más estrellas" (El Principito, 1943). Esta analogía tratada audazmente puede asemejarse a nuestro consumismo actual. Enseñar a un niño que el entorno importa, es decir, que no debemos consumir todo lo que nos apetezca o generar todos los residuos posibles, le dota de una perspectiva ajena a él mismo integrándolo en un entorno como parte fundamental de él y no como núcleo. En un fragmento de El Principito (1943) podemos leer: "En nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo".

Por ello, oportunidades como la Celebración del Día Mundial del Medio Ambiente nos pueden servir para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y la transmisión de valores que hacemos a los más pequeños: ellos son el pilar de la futura sostenibilidad. Confiemos en su poder para transformar la sociedad actual: "Los baobabs, antes de crecer, son muy pequeñitos" (El Principito, 1943).

Cuidemos el entorno, pero sobre todo, cuidemos a las nuevas generaciones, porque tendrán la llave de su futuro y de la educación que reciban las siguientes generaciones. La formación en valores y el cuidado de la Tierra es una inversión: “Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella” (El Principito, 1943).

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