Opinión
Artículos de opinión firmados por los investigadores del Instituto BIOMA y de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra.
05/11/2021
Publicado en
Las Provincias, Diario Montañés y Diario del Alto Aragón
Kepa Solaun |
CEO de Factor Ideas for change, Profesor Invitado de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra
Un reto mundial
El cambio climático supone un reto para la comunidad internacional y, por ende, también para las empresas. De acuerdo con los últimos datos publicados por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la temperatura del planeta ha aumentado más de un grado respecto a niveles preindustriales, y el nivel del mar ha aumentado 0,2 metros desde principios de siglo. El cambio climático no sólo conlleva un aumento de la temperatura, sino que también tiene otras consecuencias, como las olas de calor, sequías, afectaciones típicas a la salud o inundaciones, entre otros eventos extremos.
El objetivo de la comunidad internacional es evitar que el aumento de la temperatura supere los 1,5 o 2 grados respecto a niveles preindustriales. Sin embargo, los datos del IPCC indican que los compromisos y objetivos asumidos hasta ahora solamente lograrían limitar el calentamiento del planeta a unos 2,7 grados.
El cambio climático supone un riesgo para la comunidad internacional, incluyendo al sector privado. En los informes Global Risks Report, elaborados anualmente por el World Economic Forum, el cambio climático y fenómenos asociados, aparecen repetidamente como los peligros con mayor probabilidad de suceder y que potencialmente tienen un mayor impacto sobre nuestro sistema económico.
El papel del sector privado en adaptación y mitigación del cambio climático
Las empresas trabajan fundamentalmente en dos direcciones en relación con el cambio climático. Hablamos, en primer lugar, de “mitigación”, para referirnos a la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI). El objetivo último en mitigación es que las empresas se conviertan en “neutras” en emisiones, de manera que su contribución al clima no sea relevante. En segundo lugar, denominamos “adaptación” al trabajo que las empresas realizan para reducir su vulnerabilidad al cambio climático y controlar los riesgos asociados.
En relación con la mitigación, la herramienta fundamental es denominada “huella de carbono”. Se trata de un cálculo de las emisiones GEI tanto por sus emisiones directas como indirectas (que incluyen la importación de electricidad y de vapor). Por último, se busca incluir también la huella de “alcance 3”, que tiene en cuenta las emisiones a lo largo del ciclo de vida de la organización, y que incluye, por tanto, proveedores y clientes.
En este contexto, el cambio climático también puede suponer una serie de oportunidades para las empresas en relación con la mejora de la eficiencia en su consumo de energía y en sus procesos, además de ofrecer oportunidades de mercado a la hora de ofrecer sus productos y servicios.
Trabajar para conocer y reducir su huella es una prioridad de las empresas que están comprometidas con el cambio climático. En este sentido, el ejemplo más relevante son las empresas que se han comprometido a alcanzar la neutralidad o net-zero en emisiones. De esta forma, las empresas compensan sus emisiones a través del desarrollo de proyectos fuera o dentro de sus organizaciones, que, además, colaboran en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Una de las herramientas que ha surgido en el camino a la neutralidad son los mercados de carbono, con la intención de lograr los objetivos de reducción al menor coste, y donde las empresas contribuyen financieramente con otras empresas que reducen a través de la compra de certificados de reducción.
¿Qué esperar de Glasgow?
A través de la Conferencia de Las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), los países se reúnen anualmente para avanzar en el desarrollo de la normativa y sus compromisos relacionados con el cambio climático. La edición de 2021 tendrá lugar en Glasgow, Escocia, donde no pudo ser celebrada en 2020 debido a la crisis sanitaria mundial. Por ello, muchos temas están sobre la mesa y las decisiones tomadas tendrán repercusiones sobre las empresas, se destaca entre los más importantes el denominado “aumento de ambición”, se espera que los países asuman compromisos más estrictos en limitación de emisiones.
Otros temas por tratar en la COP26 serán los instrumentos de mercado, la determinación de objetivos en materia de adaptación, así como también el trabajo sobre la compensación a los países que se verán más afectados por el cambio climático y el desarrollo de nuevas herramientas de apoyo para ayudar a los países en el reto climático.