La Universidad se suma al proyecto ‘Liquencity II’ para analizar la contaminación a través del estudio de los líquenes
Escolares de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional medirán la calidad del aire a través de una aplicación móvil
FOTO: Manuel Castells
Analizar la contaminación del aire con una aplicación móvil que examine los líquenes presentes en la ciudad y concienciar a la población urbana de los efectos que la contaminación tiene sobre nuestra salud. Estos son los objetivos del proyecto Liquencity II al que se ha sumado la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra y la asociación Terrabiota de Pamplona, junto a las Universidades de Vigo y Oviedo. Liquencity II se pondrá en marcha durante este curso con escolares de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional que mediante un teléfono móvil analizarán los líquenes y su papel como bioindicadores de la calidad del aire.
Se trata de la segunda fase del proyecto que coordinan El Real Jardín Botánico y la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF España) y que en su anterior edición se desarrolló en Madrid y Barcelona. El estudio cuenta además con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Los escolares crearán mapas de diversidad liquénica y contaminación atmosférica. Previamente, los profesores interesados realizarán sesiones de formación y los estudiantes aprenderán a identificar y cuantificar las especies de líquenes que crecen en los árboles.
“Los alumnos y los profesores dispondrán de una aplicación para dispositivos móviles, en cuyo desarrollo ya estamos trabajando, que les facilitará la toma de datos y, además, contarán con materiales específicos para cada ciudad como fichas de árboles y de líquenes o unidades didácticas”, ha explicado el coordinador general del proyecto, el investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico, Sergio Pérez-Ortega.
Esta aplicación móvil guiará el muestreo de los líquenes que viven en los árboles y contará con toda la información del proyecto. Se trabajará sobre la plataforma digital Natusfera, pero la aplicación en desarrollo se va a personalizar para este proyecto de modo que la toma de datos sea facilitada y dirigida por la aplicación y pueda ser utilizada fácilmente por cualquier persona.
Todos los datos validados en esta plataforma por expertos liquenólogos, pasarán a formar parte de la GBIF, por lo que, además de ser un proyecto de sensibilización y ayuda a la gestión municipal, también será un proyecto de ciencia ciudadana al servicio de la comunidad científica global.
“Nuestra experiencia con Liquencity nos indica que, a pesar de la importancia que tiene la calidad del aire para nuestra salud, la percepción del problema no es general entre la ciudadanía. A menudo no se entienden las medidas tomadas para mitigar los niveles excesivos de ciertos contaminantes. Por ello, proyectos que fomenten la participación de los jóvenes, aportando conocimiento, tomando decisiones y pensando formas de cambiar nuestros hábitos como éste, son claves para hacer una transición real hacia ciudades más sostenibles y saludables”, añade el responsable del proyecto.