La Biología Forense en la escena del crimen: un estudio determina la interacción de los ácaros con los insectos que los transportan a los cadáveres
Esta investigación de la Universidad de Navarra menciona por primera vez la presencia de 24 especies de ácaros en la Península Ibérica y otros 6 en Navarra
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Sandra Pérez Martínez, bióloga navarra de 27 años, ha realizado una investigación sobre Entomología Forense, disciplina de las Ciencias Forenses encargada de aplicar el conocimiento de los artrópodos –insectos y ácaros– en investigaciones legales.
La investigación de la doctora ofrece los primeros resultados sobre las especies de ácaros que aparecen en la materia orgánica animal en descomposición y los insectos (moscas y escarabajos) que los trasportan hasta los cadáveres. “Hemos reconocido en qué estadio del ciclo vital llegan los ácaros a los cadáveres, el cómo, el cuándo y la frecuencia, y además hemos citado por primera vez 24 especies de ácaros en la Península Ibérica, y otras 6 de ácaros y 9 de insectos en Navarra”.
Las interacciones entre los ácaros e insectos, el grado de especificidad de la asociación, la identificación de las características biológicas y ecológicas, la fenología, abundancia y frecuencia de aparición, son otras contribuciones importantes que apunta Sandra Pérez y que ha recogido en su estudio.
La investigadora apunta que se están incorporando los ácaros en las investigaciones forenses –suele ser habitual el estudio de insectos– porque es un grupo de artrópodos que cuenta con una alta diversidad y se encuentran en todos los ambientes. “Son abundantes y frecuentes, participan en la sucesión faunística, y pueden ser utilizados para la estimación del intervalo postmortem como indicadores de localización y de traslado de un cadáver, y para la asociación de escenarios con sospechosos”.
Esta investigación se ha centrado en la región mediterránea de Navarra y todavía no existen estudios comparativos en zonas de la Comunidad Foral que presente otro tipo de clima. “Sería interesante abrir el estudio a nuevas zonas para conocer completamente la diversidad de especies asociadas a la materia orgánica de Navarra y reconocer si las especies son las mismas en otros climas y en zonas urbanas, periurbanas y rurales”.
Para Sandra Pérez la principal dificultad a la que se enfrentan los investigadores forenses es la falta de estudios comparativos que les permita extraer conclusiones cuando están analizando un hecho criminal. “Los estudios realizados a nivel local son muy escasos y puntuales, y los de otras regiones no suelen ofrecer resultados extrapolables puesto que las diferencias geográficas pueden dar lugar a variaciones en la diversidad de las especies presentes y en los patrones de sucesión”.