Laura Valle (BIO’00 BQM’01), premio a la mejor investigadora CIBERONC 2020
Esta condecoración reconoce la trayectoria científica de la última década de una mujer investigadora.
FOTO: Cedida
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Laura Valle, antigua alumna de la Facultad de Ciencias, ha recibido el Premio a la Mejor Investigadora CIBERONC 2020 que concede cada año el Área de Cáncer del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER). Esta condecoración reconoce los méritos de una mujer investigadora en la última década y para la nominación se tienen en cuenta las cinco mejores publicaciones, tres proyectos liderados y la contribución a la investigación oncológica. “Para mí es un honor recibir este reconocimiento, como investigadora y como mujer, dos facetas de mi vida de las que me siento muy orgullosa. El trabajo en investigación no es sencillo, y una se siente motivada cuando se reconoce su esfuerzo”, señala Valle.
Laura Valle trabaja en el Instituto Catalán de Oncología (IDIBELL) –Programa de Cáncer Hereditario– y su investigación se centra en mejorar el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las personas que tienen riesgo de desarrollar cáncer. “Entre nuestras contribuciones más relevantes se encuentran la identificación de FAN1 y BRF1 como posibles genes causales de cáncer colorrectal hereditario, y la caracterización molecular y clínica de varios síndromes de este tipo de cáncer, lo que ha tenido un impacto muy relevante en su traslación al diagnóstico y asesoramiento genéticos”, añade la investigadora.
Laura Valle reconoce que su recorrido como mujer e investigadora es enriquecedor y anima a las mujeres científicas a perseguir sus metas profesionales con liderazgo. “Como profesional, mujer y madre, animo a todas aquellas mujeres a las que la ciencia y la investigación les apasione, que no se rindan, que merece la pena el esfuerzo. Es clave el apoyo familiar y el equilibrio profesional en casa, y a medio/largo plazo es muy reconfortante ver que los hijos están orgullosos de su madre porque es investigadora, y porque trabaja para curar o al menos mejorar la vida de las personas que tienen o pueden llegar a tener cáncer”.
La alavesa señala como referentes científicos a todas aquellas personas que le han acompañado en su desempeño formativo y profesional, tanto en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, la Universidad de Ohio y la Universidad de Navarra. “Mi paso por la Universidad de Navarra fue clave para definir mi carrera investigadora. Fue una etapa muy bonita, me entusiasmaban las asignaturas y eso hacía el estudio mucho más fácil. Durante la carrera tomé un contacto cercano con la genética, ahí le cogí “el gustillo”, y es lo que definió los siguientes pasos en mi carrera. Tengo muy buenos recuerdos de mis profesores y compañeros, y me encanta encontrarme con algunos de ellos en congresos y reuniones, y compartir anécdotas de aquellos años”, concluye.